•  Se bucean a las señoras mayores con problemas de sobre peso que no saben lo que es una peluquería, solo por qué están más bonitas que sus esposas.
  • Cuando hay conflictos con conductores normales, aún sabiendo que la culpa es de ellos, ponen el carro en neutro y sueltan un caluroso: “¡Yo no estoy apurado!”.
  • Pegan calcomanías con frases como “no tiren la puerta”, o “Cristo te ama”, en el tablero de la parte de adelante.
  • Se paran en medio de la carretera para recoger a algún pasajero, así ese dicho pasajero haya chiflado desde unas dos cuadras, le toque correr hasta el vehículo y el tráfico se detenga mientras esto ocurra.
  • Para ellos detenerse en medio de la carretera para cambiar un Billete alto con un chofer que venga en sentido contrario, sin ninguna pena o consideración alguna con el conductor que este manejando el carro que viene detrás, es normal.
  • Usan una especie de media hecha de algún jean viejo en su brazo izquierdo para no quemárselo con el Sol.
  • Se arrechan cuando le pagas con monedas, así sea que le estés pagando por qué te lleven en un vehículo que tiene un hueco en el piso de la parte de atrás y, no tenga alfombra, lo que implique que este caliente.
  • Compran su neastea en los semáforos para: "La calor".
  • Maldicen los huecos.
  • Colocan a todo volumen la colección de las mejores canciones de Diomedes Díaz (disco que le compraron algún buhonero en algún semáforo) o champeta evangélica (disco que les regalo el cuñado evangélico fanático de Papo Man).
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