Hace unos meses mientras me dirigía a mí casa caminando, sentí a mis espaldas el ruido de una bicicleta que se aproximaba, lo que para el Maracucho vendría siendo uno de los ruidos más desagradables. Como era obvio, entre más cerca la sentía más nervioso me ponía. Decidí cambiarme de acera sin voltear, lo que es algo inútil si de un atraco se trata, pero por alguna razón es lo primero y más inteligente que se nos ocurre en una situación así.  Luego de algunos segundos de nerviosismo la bicicleta paso a mi costado terminando con mi desesperación al notar que solo era un tierno padre que llevaba a sus tres hijos al colegio.


Esta historia hizo que naciera en mi una iniciativa de saber quién y con qué propósito creo la bicicleta. Luego de tanta investigación (solo busque en Wikipedia) descubrí que la paternidad de este objeto se le debe a un tal Karl von Drais. Más allá de las otras tantas mentes brillantes que están detrás de este objeto como Leonardo Da Vinci, me puse a pensar en qué estaban pensando ellos cuando se les ocurrió la bicicleta. Concluí con qué sus mentes siempre iban un paso delante de las normales y solo pensaron en un vehículo del cual el humano mismo lograra su desplazamiento. Y tuvieron éxito. 


Lo que me intriga es saber si alguna vez pensaron que en un futuro el venezolano lo utilizaría como medio de transporte para más de una persona. Que lo convertiría en una especie de buhonero ambulante. Y por supuesto entre tantas otras cosas, lo más importante y, lo que me llevo a escribir esto: Que lo usarían como medio para facilitar el robo, lo que generaría que las personas de este país no se sintieran seguras ni en el frente de su casa.

Por años use bicicletas, y sé qué ustedes también. Pero hoy en día he comenzado a odiarlas y sé qué ustedes también. Solo quiero culminar haciéndoles saber a estos sabiondos donde quiera que estén que para mi simplemente la cagaron.
 
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